A pocos días de las elecciones del 11 de agosto, la entrega de obsequios electorales vuelve a instalarse en la escena política santafesina. Repudiamos esta metodología, porque más allá de las diferencias ideológicas que existen entre las diferentes listas, consideramos que esta práctica corrompe las bases éticas de la disputa electoral.
Sabemos que el tema es profundo y que excede los términos del debate de estas elecciones, pero no podemos dejar de señalar nuestro repudio hacia una metodología, que entendemos, se debería erradicar.
Cada proceso electoral es una instancia especial donde se debe renovar la credibilidad y confianza entre los dirigentes políticos y la ciudadanía, y por lo tanto, trabajar en sentido contrario corrompe las bases del sistema democrático. No podemos aceptar que a partir del poderío económico se naturalice este tipo de intercambio material para conseguir un voto.
En febrero de este año, el Tribunal Contencioso Electoral de Ecuador, dispuso que el candidato del Partido Renovador Institucional Acción Nacional, Álvaro Noboa, pague una multa de $3.180 por entregar regalos durante la campaña electoral, violando el artículo 204 de la Ley Orgánica Electoral de ese país.
Algo parecido sucede en Chile, donde la senadora Soledad Alvear (DC) presentó un proyecto que establece la prohibición de entrega de regalos en período de campaña por parte de los candidatos.
Quizás este llegando el momento de pensar caminos similares.
Pablo Bosch. Precandidato a concejal Lista Unidad y Participación
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