Acorralado por las denuncias nacionales e internacionales por la estafa con criptomonedas, el presidente Milei profundiza el carácter autoritario de su proyecto político, buscando esconder sus responsabilidades con peligrosas provocaciones que erosionan la convivencia.
Le quita al Congreso la posibilidad de debatir el Presupuesto Nacional. Nombra por decreto dos jueces de la Corte Suprema. Miente descaradamente en los medios de comunicación. Censura el trabajo periodístico. Manipula estadísticas sensibles. Organiza el hostigamiento por redes sociales. Y amenaza intervenir la provincia de Buenos Aires sin que existan causas que permitan debatir esa posibilidad.
La deriva autoritaria de los libertarios pone en riesgo la democracia en Argentina.
Levantar la voz y enfrentar esta amenaza es una responsabilidad transversal a todos los sectores políticos democráticos.
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