La Municipalidad de Santa Fe destacó la demolición de una
construcción ilegal sobre espacio público en barrio Centenario. Simultáneamente
consintió la ocupación ilegal de espacio público sobre la Costanera para el
desarrollo de un emprendimiento gastronómico. Una contradicción que anticipa el
sesgo que tendrá la rebatiña de terrenos fiscales en el predio de la Estación
Belgrano.
Hace pocos días el municipio de Santa Fe informó, que “en
conjunto con el ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia”,
procedieron “a demoler una construcción irregular realizada por un vecino calle
10 de Junio de Barrio Centenario, con el objetivo de mitigar eventuales riesgos
edilicios, velar por el espacio público
y proceder al ordenamiento urbano”.
En el comunicado oficial, la gestión Poletti explica “que el
Municipio se encuentra habilitado para intervenir en el marco de una
servidumbre administrativa previamente constituida (de manera similar a una
extensión o dependencia del dominio público, como -por ejemplo- una plaza,
parque o calle)”.
Traducido: si cualquier vecino o vecina de la ciudad amplía
su vivienda o propiedad construyendo sobre una vereda, plaza o espacio público,
el municipio está habilitado a solicitar la remoción de la construcción
irregular e incluso demolerla con cargo a la vecina o vecino infractor.
Esto fue lo que ocurrió en barrio Centenario, según explica
el comunicado oficial, y muestra la foto difundida oportunamente.
Hasta aquí, poco para agregar. Restan conocer las razones que
impulsaron a esta familia de barrio Centenario a ampliar su departamento construyendo
hacia la vereda, pero tratándose de espacio público compartido por el
vecindario la respuesta municipal no parece desacertada.
Aunque si se amplía la mirada al resto de la ciudad la
demolición puede parecer escenificada, aislada, distractora y hasta injusta, si
consideramos que la justicia parte de un mismo trato para todas las personas ante
las normas que rigen nuestra vida en comunidad.
Otra vara
Para la Municipalidad de Santa Fe los criterios de justicia
se manifiestan de diferente manera según la zona donde aparezca un conflicto. Y
el caso de la concesión del histórico predio de Costanera y Boneo donde
funcionaron “El descanso” y el “Complejo Olas”, entre otros emprendimiento, es
un ejemplo concreto al que se le debe prestar atención.
Aquí aparece una licitación manoseada, una promesa de
inversión y normas que se fueron acomodando a las necesidades de un empresario importante
de la ciudad.
El resultado: lo que siempre fue un espacio público abierto a
las familias santafesinas que visitaban la zona del Espigón II se transformó en
un predio cercado para eventos privados.
En el año 2021 el Concejo Municipal aprobó la Ordenanza12.753 para la concesión, puesta en valor y explotación de lo que se denominó
Complejo Turístico Recreativo Costanera Oeste, ubicado en Avenida Costanera
Almirante Brown a la altura 6.900 de nuestra ciudad.
El nuevo complejo sería destinado a la explotación de
actividades turísticas, gastronómicas, deportivas, culturales y/o espectáculos
de interés para la ciudadanía en general, comprensivo de los rubros: bar, café,
confitería, club de música en vivo, patio cervecero, parrillada, pizzería,
rotisería, restaurante, café concert. Asimismo podrían anexarse actividades
complementarias como: alquiler de bicicletas, centro de deportes cubierto,
centro de exposiciones al aire libre y/o club deportivo al aire libre.
El primer llamado a licitación quedó desierto. La segunda
convocatoria tuvo dos oferentes y la empresa El Carmen S.A. dirigida por el
empresario Carlos Rodríguez Sañudo resultó ganadora (Decreto DMM N° 228/22). La
concesión se otorgó por un plazo de 10 años prorrogable por otros 3, sobre un
predio de 800 metros cuadrados, un plan de obras de 70 millones de pesos y un canon
de 42.000 pesos mensuales ajustables por IPC, según el contrato de concesión
(Decreto D.M.M. N° 403/22).
Si bien la nueva concesionaria tenía un plazo de 6 meses para
realizar los trabajos de puesta en valor presentados en su propuesta ganadora, las
obras no comenzaron hasta que la gestión Poletti aceptó las nuevas condiciones
exigidas Carlos Rodríguez Sañudo.
El 31 de octubre de 2023, el empresario presenta una nota en
la municipalidad donde solicita tomar a su cargo el sector de baños, depósito y
kiosco ubicados al sur del predio adjudicado, y expone además, que para el recupero
de la inversión de los montos comprometidos,
considera apropiado extender el plazo de concesión a 25 años, contados desde
que terminen las obras totales, en diciembre de 2024.
A partir de este pedido, el intendente Poletti primero y el
Concejo Municipal después, se pusieron a trabajar para cumplir con lo solicitado
por Sañudo. Fue sí que el 5 de abril de 2024 se aprobó la Ordenanza 12.951
donde quedó establecido que el plazo total de la concesión será de 30 años, autorizando
además la ampliación del área objeto de concesión.
Finalmente, el predio amurallado fue inaugurado en una
selecta celebración realizada el pasado 21 de diciembre.
Ahora, organizaciones sociales, junto a vecinos y vecinas de
Guadalupe pugnan por obtener información y respuestas de los funcionarios
municipales que despejen las sospechas sobre esta virtual privatización del
espacio público en la Costanera santafesina.
Con un poco de atención, se puede observar que la gestión de
Juan Pablo Poletti se maneja con una doble vara para resolver las
intervenciones de los particulares en el espacio público de la ciudad. Lo que
se constituye en un alarmante antecedente frente al proceso de subasta y
rebatiña que los mismos actores estatales y privados llevan adelante sobre los
estratégicos terrenos de la Estación Belgrano.
que bueno que los vecinos de la costanera empiecen a ver las consecuencias de lo que votan. Es como con la inseguridad, siempre desde el hecho consumado.
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