La puesta a la venta de estratégicos terrenos nacionales resuelta de manera inconsulta por el gobierno de Milei, deja al descubierto la improvisación y la falta de gestión del intendente Juan Pablo Poletti.
La foto solitaria en la puerta de la AABE no alcanza para disimular el destrato de los funcionarios libertarios hacia las autoridades municipales arrastradas a un nuevo capítulo de negocios inmobiliarios con tierras fiscales.
Sin proyecto propio para este tema y con el frente interno dividido, el intendente de Santa Fe decidió sumarse con entusiasmo al remate del patrimonio público urbano.
El primer paso lo dio celebrando la iniciativa nacional como una "oportunidad para la ciudad", ocultando el detalle de que el decreto de enajenación carece de cualquier consideración relativa a la planificación urbana y los intereses de las comunidades locales.
El siguiente paso lo dará el próximo jueves cuando oficie de "abrepuertas" de los funcionarios nacionales que visitarán la ciudad para promocionar la venta de los terrenos de Guadalupe y barrio Candioti.
Es importante observar que el hacer de JPP no desentona con el colaboracionismo desinteresado hacia la ultraderecha que impera en la provincia de Santa Fe.
Aunque tampoco se puede dejar de señalar que los gestos de genuflexion no han impedido que la ciudad se quede sin obras de urbanización para barrios populares e infraestructura hídrica, pierda subsidios para el transporte urbano, sufra el empobrecimiento de las familias vulnerables, experimente el cruel impacto de la recesión, vea languidecer sus universidades e institutos científicos y se entere por el Boletín Oficial que la actividad portuaria tiene fecha de vencimiento.
Mientras esto sucede los negocios en la cúpula social siguen su curso. Más abajo la reacción sigue contenida a la espera de alguna señal de esperanza. Desde acá lo seguimos intentando.
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