En 2018 el Concejo Municipal sancionó la Ordenanza 12.593, que declaraba la Emergencia Social y Alimentaria en la ciudad de Santa Fe por dos años y creaba un fondo especial para colaborar con el funcionamiento de comedores y merenderos populares. En 2020 la norma fue prorrogada, y este año, a partir del reclamo de organizaciones sociales, se estableció como un recurso permanente al Fondo de Asistencia Alimentaria constituido por el 3 por mil de lo percibido en concepto de DREI (Derecho de Registro e Inspección) que la Municipalidad recauda de bancos y financieras.
Durante 2023 el Fondo de Asistencia Alimentaria recaudó 106 millones de pesos pero solo se distribuyeron 50 millones entre las organizaciones sociales que gestionan comedores y copas de leche barriales.
Ahora, en 2024, la Municipalidad de Santa Fe no distribuye los 280 millones de pesos que lleva recaudados para paliar la emergencia alimentaria. De esta manera, mientras el gobierno de Javier Milei se niega a repartir la mercadería escondida en los depósitos del Ministerio de Capital Humano; en nuestra ciudad, la gestión de Juan Pablo Poletti retiene recursos esenciales para que miles de familias santafesinas enfrenten de mejor manera gravísima situación socioeconómica que impacta sobre sus condiciones de vida.
De acuerdo a la información publicada en www.santafeciudad.gov.ar - al 31 de julio del presente ejercicio - el Fondo de Asistencia Alimentaria lleva recaudados $279.567.625, de los cuales, solo se distribuyeron $22.000.000, apenas el 7,85% de los recursos disponibles transcurridos 7 mese del año.
Para tener una magnitud del impacto en la ciudad de esta decisión de la gestión Poletti, los fondos no distribuidos alcanzarían para reforzar durante 7 meses con $150.000 el trabajo de 267 espacios comunitarios dedicados al refuerzo alimentario de la población.
Una situación similar se observa con los recursos aportados por el gobierno de la Provincia a través del Programa Social Alimentario – PROSONUT. De acuerdo a los datos oficiales, al 31/07/24 la Municipalidad de Santa Fe tenía disponibles $21.203.074 para afrontar situaciones de emergencia, solicitudes de ayuda social, o entrega de bolsones realizadas por las distintas áreas municipales con presencias en el territorio. Sin embrago, en los primeros seis meses del año, solo se utilizaron $1.273.500 para estos fines, un magro 6% de las posibilidades de ayuda alimentaria disponibles.
Frente al doloroso cuadro social que vivimos, las demoras en la distribución de los recursos destinados a comedores populares, dificultan alanzar los objetivos del acuerdo construido entre el municipio y las organizaciones sociales que permitió consolidar el Fondo de Asistencia Alimentaria.
El hambre no puede esperar.
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