Un par de horas más tarde, pude escuchar el agua rugiendo por los desagües
de barrio Barranquitas. En esa época escribía para una página web y entregaba cada día mis notas en un diskette a un remisero que pasaba por mi casa. No me
acuerdo que publique esa noche. Lo que pude rescatar lo guardé acá.
Al rato se comenzaban a inundar las calles del barrio. Para la mañana
del 29 las casas estaban anegadas hasta el techo. De ahí en adelante el
desastre llegó en poco tiempo hasta barrio Centenario.
También una noche como esta, pero en 2003, el intendente de entonces
Marcelo Álvarez se reunió con el ex gobernador Carlos Reutemann y otros
funcionarios del PJ en la zona del puente de Iturraspe y la autopista.
Observaron todo el panorama y se fueron a dormir dejando que el río haga su
estrago. Por la mañana minimizaron el riesgo en la radio y anularon cualquier posibilidad de autodefensa o protección para miles de santafesinos. La destrucción material fue masiva y en costo en vidas y subjetividades fue atróz.
Álvarez se murió honrando el pacto de encubrimiento. Dos funcionarios
menores recibieron condena y en silencio bancaron las demás complicidades. Otros
tantos, muchos, siguieron en funciones y se reciclaron. Ahora se los ve de
nuevo.
No hubo justicia, ni reparación. Reutemann fue elegido dos veces senador
por el peronismo santafesino. Yo no olvido.
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