Desde la semana pasada se debate en
Reconquista la iniciativa del intendente Enrique Vallejos (PJ) de entregar la
gestión de la facturación del nuevo Hospital Central a la Asociación Gremial
Médica. La entidad representa a los dueños de clínicas y sanatorios de la
ciudad. Se trata de una tercerización que pone en manos privadas un área estratégica
del principal efector del sistema de salud pública del noreste santafesino. Omar Perotti ensaya una vuelta al modelo de gestión menemista de los hospitales públicos.
La gestión de Omar Perotti, a través
del intendente de Reconquista, resolvió tercerizar en los dueños de las clínicas
y sanatorios locales la gestión de facturación del nuevo hospital público de la
ciudad.
Esta decisión significa un grave
retroceso en políticas de salud. Implica la mercantilización del servicio para
favorecer intereses de los empresarios del sector. De esta manera , se reinicia
el circulo perverso de derivaciones al hospital para que la facturación sea
captada por intermediarios.
Con esta medida, la búsqueda de recaudación
se reinstala como objetivo de los hospitales santafesinos.
En el caso de Reconquista, se trata
de una prueba marginal, que si logra pasar sin resistencia, se extenderá como
regla al conjunto del sistema. Lo mismos actores (y sus discípulos) que
ejecutaron estas políticas hicieron en los '90, lo están repitiendo ahora a la
vista de todos.
Así lo explica la maniobra el
intendente Enrique Vallejos, desempolvando los argumentos menemistas de la ineficiencia pública y la
mayor capacidad privada.
Pese a las implicancias de la maniobra
hasta ahora no aparecen voces disidentes, salvo la seccional local de UPCN, que
alertó sobre las consecuencias de esta tercerización. Alejandro Firpo, explica que con esta maniobra
el sector privado se mete de a poco dentro del hospital.
Esta historia ya es conocida. El
Estado invierte, la dirigencia privatizadora desprestigia lo público y ofrece
como superación un operador privado.
Repitiendo este esquema, en Reconquista
los dueños de las clínicas y sanatorios manejaran la facturación del mayor hospital
público del noreste santafesino.
Así tendrán un fuerte incentivo para
derivar sus pacientes al sector público, usar sus mejores instalaciones y
asegurarse el cobro a las obras sociales en nombre del Estado.
Es llamativo como el PJ de
Reconquista se indigna por la propuesta de llamar Hermes Binner al nuevo
hospital de la ciudad mientras prepara la entrega del efector a los dueños de clínicas
y sanatorios.
El olvidado Jorge Massat no lo
hubiera hecho mejor.
(*) Fotos de portada Reconquista SF
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